El lunes pasado me emocioné mucho. ¿Cómo? Pues parecerá mentira, pero me emocioné escuchando la confesión de una persona mayor. Os cuento. El lunes por la tarde voy a visitar a una persona mayor, mayor de 89 años.
Esta persona está sola, vive sola, y no tiene familia en la ciudad en la que vive y está enferma y, no solo eso, sino que, además, no quiere vivir, quiere morirse porque está muy llena de dolores y dice que ella no quiere continuar más tiempo así que quiere: "Que Dios se acuerde de ella", yo no se si Dios está por la labor, pero ella lo implora todos los días. El caso es que antes de Semana Santa ella me dijo que tenía muchas ganas de morirse, pero que antes quería ponerse en paz con Dios y que no se moriría hasta que no lo hiciera.
El caso es que yo fui a la parroquia a la que pertenece y hable con el sacerdote, un buen hombre, además de un buen sacerdote. Así pues le dije lo que pasaba y que esta mujer quería confesarse con todas las de la ley, ser absuelta y además cumplir la penitencia y recibir la comunión. El sacerdote y yo quedamos a una hora para ir a su casa el lunes después de Semana Santa. Llegó el día y la hora y allí fuimos los dos. Fuimos muy bien recibidos por una señora enferma, limpita, respetuosa, cariñosa y con muchas ganas de ponerse en paz con Dios para poderse morir tranquila.
Esta mujer vive en una casa muy chiquitita del Madrid antiguo. La casa consta de una entrada que es un pasillo, donde a la derecha tiene un baño, más adelante una cocina de esas que se llaman americanas, tiene suerte porque los techos son altos y allí tiene las cuerdas para tender la ropa, así es que el lunes que voy y toca colada tienes que hacer ejercicio con el cuello para poder pasar, pues tiene las sábanas colgadas. Al final del pasillo hay una única estancia que sirve de comedor, cuarto de estar y dormitorio. Ella tiene una armario librería con algunas aristas pegadas con celo, si con celo. Una mesa camilla de 70, un sillón donde se sienta ella y una silla. Tiene una cama de 90, una mesilla un poco rara, no sabría decir como es. Una cama plegable, un armario muy pequeño, otra silla y una cómoda, ah! y un frigorífico pequeño también. Eso sí tiene una ventana magnífica, grande y con unas contraventanas fuertes, de madera que cuando las cierra las atraviesa con un hierro, por ahí no entra nadie, la casa es un bajo.
Y volviendo a lo que nos ocupa, allí llegamos sacerdote y servidora, ella se sentó en su cama y el sacerdote enfrente de ella en una silla baja que tiene. Hablaron un poquito y llegó el momento de la confesión y yo, muy prudente, ofrecí marcharme y dejarles a solas, pero la señora dijo que no, que no hacía falta que podía oír lo que le iba a decir. El caso es que me quede con mucho respeto a lo que se iba a desarrollar. El sacerdote hizo sus rezos y le preguntó por sus pecados. Ella sacó un papel que desdobló con mucho cuidado y donde los había apuntado. Fueron cuatro o cinco, de los primeros no me acuerdo, pero si de los dos últimos: La crítica y la envidia. Se acuso de que había hablado mal de los demás y que había tenido y tenía mucha, mucha envidia. A mí me dio un vuelco el corazón, se me hizo un nudo en la garganta y las lágrimas quisieron asomarse a mis ojos, contuve las lágrimas, trague saliva y tranquilicé mi corazón, esto paso, quizá, porque me sentí identificada con ella, y también por oírla decir esas palabras con humildad y dolor. Ah! y también pidió perdón por el resto de los pecados que había cometido y que en esos momentos no se acordaba. También me impresionó el como había sido capaz de estructurar tan bien su confesión, el tiempo que le habría dedicado y lo importante que estaba siendo para ella ese momento. También me dio mucha pena, pues ella siempre me dice, cuando hablamos de ello, que tiene mucha envidia de las personas que tienen una familia, que no están solas y que no tienen que pagar para que las atiendan y las "cuiden". Yo sabía que su envidia era esa, me dieron ganas de decirle al sacerdote que eso no podía ser pecado, sería otra cosa pero pecado no.
Se que nuestras acciones del presente van a condicionar nuestro futuro, que de lo que hagas hoy va a depender nuestro mañana, pero hasta cuando hay que estar pagando.......?